Este blog es mi particular baúl de recuerdos, una hucha de momentos que me enriquece y me hace sentir que la vida es para vivirla sin prisa pero sin pausa...







martes, 12 de abril de 2011

Punto y seguido: mis puntos de libro.

Hay momentos en la vida de toda persona en los que, sin saber a cuento de qué, tu cuerpo te echa un pulso y, bajo la amenaza de pararse y apearse a medio camino, te obliga a reducir la marcha y tomarte las cosas con más calma. Después de un mes, mi espalda y yo aún andamos decidiendo quién gana. De momento, el paracetamol y algunos otros de sus "colegas" me están ayudando a recuperar la actividad diaria aunque con no poco esfuerzo.

En estas últimas semanas en las que la mayor parte del tiempo he visto el mundo desde una perspectiva horizontal, poco he podido hacer además de ponerme al día en los permanentes y sangrientos cotilleos televisivos, mantenerme puntualmente informada de lo que pasaba en el mundo y recuperar el hábito lector que tenía un tanto oxidado. También he podido dedicarle más tiempo a Martín y sus deberes, a pesar de alguna que otra postura extraña que tenía que adoptar para poder sentarme a su lado y, no sin cierto asombro, he comprobado que aún me acuerdo de multiplicar y dividir... sin calculadora!.

Incluso he podido dedicar algunos ratos, embriagada de anestésicos, a bordar unos cuantos puntos de libro que, siendo pequeños y de sencilla ejecución, tampoco necesitaron de la concurrencia de todas mis facultades. Entre ellos predominan los de motivos felinos, quizá como homenaje a nuestras dos gatas, magníficas sufridoras de los juegos infantiles de Martín desde que nació:







Este otro punto de libro, de carácter mucho más comercial, es un guiño a uno de mis vicios confesables...


Y los siguientes aúnan dos pasiones (la lectora y la viajera) con la capital parisina como punto de unión:







Claro que también tienen cabida los más "cálidos"...


Y, por supuesto, los que tienen como destinatario a Martín, uno con su fiel amigo Bob Esponja como protagonista...


...y otro que define a la perfección su poca pasión por la actividad lectora y que está deseando llevar al colegio (ardo en deseos de ver cuál es la reacción de su profesora...):


Por último, el más rural de todos, que simula una típica vaquita por delante y por detrás...



Punto y aparte...

Bueno... realmente es un punto y aparte pero también un punto y seguido. Y es "aparte" porque, a ser posible, quisiera cambiar de tercio y apartar de mi camino las molestias invalidantes de los últimos días. Y es "seguido" porque de eso se trata precisamente, de seguir haciendo las mismas cosas de siempre y de seguir llevando la misma vida de siempre, aunque para ello tenga que reducir el paso en aras a evitar que el anhelado punto y seguido vuelva a convertirse en un punto y aparte. Así que, seguiremos...

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