Este blog es mi particular baúl de recuerdos, una hucha de momentos que me enriquece y me hace sentir que la vida es para vivirla sin prisa pero sin pausa...







martes, 27 de diciembre de 2011

Por Navidad, un calendario

Este año, por Navidad, quería regalar un "detallito" original (y a ser posible de manufactura propia) a la familia y la verdad es que, a pesar de llevar mucho tiempo pensando en el tema, las ideas no estaban por la labor de ayudarme en mi empeño y brillaban por su ausencia. Finalmente, y no sé si por intercesión divina o porque el tiempo se me echaba encima y no le dí más tregua al tema, acabé ideando un calendario del 2012 con fotografías de los primeros 10 años de Martín, que el año que viene cumplirá precisamente una década de vida:




Lo que no me imaginé cuando empecé fue el trabajo que me iba a dar el dichoso calendario, porque no sólo se trataba de "bucear" en el álbum digital para seleccionar las fotos más representativas del niño, sino que después había que recortarlas, ponerles texto, elegirles un fondo adecuado y adaptarlas al espacio disponible, haciéndolas cuadrar con el propio calendario, para después imprimir y plastificar las hojas una a una antes de colocarlas en los soportes que (¡bendito Ikea!) me había "agenciado" hacía unos días. ¡Y todo esto en casa, a escondidas y a horas intempestivas!

En fin, pese al trabajo de chinos, pese a las limitaciones "técnicas" y pese a ser la primera vez que me metía en semejantes berenjenales, el resultado me pareció altamente satisfactorio...



...y ahora tanto los abuelos como los tíos de Martín lo tendrán, día a día, aún más presente si cabe... aunque él, por sí solito, ya se hace notar.

sábado, 24 de diciembre de 2011

Centro de Navidad

"Rozando el larguero" del tiempo, y ya en plena tarde de Nochebuena, por fin conseguí tener a punto el centro de Navidad cuyo diseño hacia unos días que me rondaba por la cabeza. En honor a la verdad tengo que decir que la idea la tomé "prestada" de un centro decorativo que ví en casa de Sonia durante nuestra última visita, así que como mínimo vamos a agradecérselo desde aquí.

Pues bien, con la premisa de esa idea más una pecera redonda de cristal que dormía el sueño de los justos en un armario, una capa de fina arena blanca, una gran vela aromática de color naranja, unas pequeñas bolas de Navidad y unas ramitas de canela atadas con un rústico cordón, me puse manos a la obra y salió el artístico centro de Navidad que ahora decora el recibidor de casa.

Este es el centro visto desde arriba:


Y aquí visto de frente, si bien en este caso he "decorado" la fotografía con el marco mas idóneo que he podido encontrar para las fechas en las que estamos:



¿Quién ha dicho que no se puede ser original en esta época de crisis?. A la vista está que con algunos objetos cotidianos, un poco de tiempo y algo de inventiva podemos hacer que nuestra casa luzca en Navidad sin tener que dejar temblando la tarjeta de El Corte Inglés.

miércoles, 14 de diciembre de 2011

Desayuno con diamantes

Se lo debía. Nos conocemos desde hace la friolera de 21 años y hemos vivido muchas cosas juntas. Pero aún no le había regalado ninguno de mis cuadros, de esos que hago con la perspectiva puesta en cada uno de sus destinatarios. Y -obviamente- al final me lo "recordó", cargada de razón.

El tema está en que cuando me planteo hacer un cuadro para alguien concreto siempre trato de acertar con la temática del mismo, relacionándola con su edad, su vida o sus inquietudes. Por ejemplo, nada mejor que un cuadro clásico o un cestito de flores para la abuela (mi madre), o un desnudo para el dormitorio de mi hermana, o una obra de Miró para mi hermano, o cuadros de temática rural para la casa del pueblo y para mi cuñado, granjero de profesión.

Pero con Sonia no acababa de tenerlo claro y me lo planteé sin éxito muchas veces, hasta que por fin ví esta entrada de croissants caseros en su blog de cocina y recordé que tenía un esquema del cuadro perfecto para ella: el retrato de la espectacular Audrey Herpburn en su papel protagonista de la película Desayuno con diamantes. Así que me puse manos a la obra y este ha sido el resultado:


 
Espero que le haya gustado y que pueda reservarle un huequecito en su pequeño rincón particular. Y, eso sí, la reto a que me invite a desayunar en su nueva casa uno de esos exquisitos croissants... aunque sea sin diamantes.

martes, 13 de diciembre de 2011

Un Dalí en mi salón

Vaya por delante que me he tomado una "licencia artística" a la hora de titular esta entrada porque, ni el cuadro es un Dalí original -¡qué más quisiera yo!- ni en mi casa tengo un salón, sino más bien un modesto comedor que es como nuestro pequeño rincón de reunión y descanso al llegar a casa. En cualquier caso, como este ha sido un cuadro en el que he invertido tanto tiempo y tanta paciencia, no he podido evitar ofrecerle el mejor lugar de la casa para exponerlo y disfrutar de él como si de un verdadero Dalí se tratara.

Y no es para menos: varios meses de puntadas intermitentes y a horas intempestivas, múltiples combinaciones de hilos de tonalidad azul (¡nunca imaginé que un color pudiera tener tantos matices!) y algún que otro traspiés que me obligó a deshacer parte de la labor cuando estaba a media ejecución, acabaron convirtiéndose en este cuadro para el que hemos reservado el mejor sitio de nuestro comedor:


Afortunadamente, he quedado gratamente satisfecha con el resultado, y no sólo por el trabajo en sí sino porque me recuerda al pequeño cuadro que desde niña siempre he visto en casa de mis padres y a nuestra última visita a Figueras, hace ya un par de años, durante la cual tuvimos ocasión de imbuirnos de todo el espíritu daliniano. Pero nuestros avatares y descubrimientos durante aquella visita quedarán para una futura y ¿próxima? entrada.

lunes, 12 de diciembre de 2011

Halloween 2011


Como seguramente recordará quien habitualmente lea este blog, la etapa educativa de Martín (y la de tantos otros niños de su edad) viene marcada plenamente por la tan traida y tan llevada teoría de la interacción, acertado e intelectual vocablo con el que desde la escuela quieren hacernos partícipes a los padres de las tareas manuales de los hijos. Resumiendo: cuando llega cualquier fecha significativa somos los padres, en escueta colaboración con los hijos, quienes debemos mostrar todas nuestras habilidades en el complejo mundo de los trabajos manuales.

Y como no podía ser menos, este año también nos tocó sacar partido de nuestras neuronas para idear la manualidad conmemorativa de Halloween, trabajo que debía tener como protagonista indiscutible a la castaña. Difícil papeleta la nuestra: ¿cómo idear algo original con un fruto tan simple -y tan pequeño- como una castaña?. A las puertas del colegio fueron muchos los padres y madres que enseguida pensaron en salvar la papeleta fabricando un muñeco a base de castañas, pero nosotros queríamos ser algo más originales e innovadores y optamos por hacer un móvil donde cada una de las castañas fuera, en sí misma, un personaje.



El primer problema que se nos planteó fue el del transporte y posterior exposición del "artefacto" en cuestión. Necesitábamos idear la forma en la que el móvil pudiera estar expuesto durante unos días en su correcta posición, es decir, colgado, y a la vez era imprescindible facilitar su transporte hasta el colegio porque era Martín quien tenía que llevarlo. Con estas premisas, y gracias a la pericia de Carlos y a la infraestructura de su taller, logramos fabricar una base de madera maciza con ruedas de la cual surgía una especie de mástil vertical sobre el que colgar el móvil.

Sorteado ese pequeño escollo, nos pusimos manos a la obra y, entre telas, pegamentos, gomets y rotuladores, nos pasamos la tarde del domingo disfrazando castañas de los más diversos personajes acordes con la festividad de que se trataba: brujas, murciélagos, arañas, gatos negros, calabazas, fantasmas y vampiros.

Y éste fue el resultado final, en vista panorámica:


...y en detalle:


Afortunadamente -y aunque sólo fuera como justa reciprocidad por el tiempo invertido- recibimos las felicitaciones del profesorado del centro. Ni que decir tiene que eso ya compensó con creces nuestra dedicación a la manualidad aunque, para ser sinceros, cada vez nos gusta más esa especie de sana competición que se establece ante cada nuevo reto escolar. Es como si, por unos momentos, dejáramos a un lado nuestros 40 años bien cumplidos y volviéramos a ser los niños que fuimos.

domingo, 11 de diciembre de 2011

¡Ya llega la Navidad!

¡Bueeeeeeeeeeeno! ¡Ya estoy aquí de nuevo!. Siguiendo las sugerencias de mis seguidores (que tampoco son tantos, no vayamos a engañarnos) hoy he decidido retomar el tema del blog que tenía ya un tanto olvidado. Como quien no quiere la cosa,  hemos pasado del calor que reinaba en la fecha de mi última entrada al frío helador de esta tarde de diciembre (¡qué rapido pasa el tiempo cuando se cruza la barrera de los 40!) y la verdad es que ya tocaba que publicara algo nuevo.  Y es que al final, tanto escuchar el famoso "hace tiempo que no actualizas el blog" ha acabado dando su fruto. Y que conste que no es por desidia ni desinterés, ni por falta de cosas que publicar, sino más bien por la tan socorrida explicación de la falta de tiempo. En fin... si sirve de algo, prometo enmendar la inactividad con alguna entrada de tanto en tanto a partir de ahora.

Pues bien, como si del turrón El Almendro se tratara, vuelvo "a casa" por Navidad con el último de mis trabajos, que no es otro que el adorno navideño que he hecho para dar la bienvenida desde la puerta de casa en estas fechas tan significativas.



Realmente, y aunque no lo parezca, el dibujo protagonista estaba inicialmente concebido para ser la cenefa de un trapo de cocina pero, sinceramente, teniendo en cuenta lo que cuesta hacer estas cosas ¿a quién se le debe haber ocurrido plantearse el ponerlo en un trapo de cocina que acabará limpiando lo que no está escrito?. Así que me tomé la licencia de variar su uso y me las compuse para hacer este pequeño trabajito de rápida y entretenida ejecución que se ha convertido desde hoy en nuestro primer adorno navideño de este año.