Este blog es mi particular baúl de recuerdos, una hucha de momentos que me enriquece y me hace sentir que la vida es para vivirla sin prisa pero sin pausa...







domingo, 30 de enero de 2011

Halloween 2010

¡Hola de nuevo! Creo que esto del blog está empezando a "enviciarme". ¡Y es que me paso el día pensando en nuevas cosas que contar!. Desde luego, seguro que es más sano que la "Coca-Cola" (mi único vicio confesable... e inconfesable), aunque me plantea un problema de tiempo que tendré que tratar de solucionar. Y como de aprovechar el tiempo se trata, me adentraré en este nuevo tema sin más dilación.

No sé si a todas las madres de niños de primaria les sucede lo mismo, pero lo cierto es que, o mucho han cambiado las cosas, o la percepción que yo tengo de lo que fue mi etapa escolar es muy diferente a como es ahora el "cole". Resulta que de un tiempo a esta parte (desde que Martín empezó la primaria) a los padres también nos evalúan en el colegio. Se acabó aquello de que el niño llegara a casa con una manualidad hecha en el colegio por los más diversos motivos (día del padre, día de la madre, Sant Jordi, Navidad...). Ahora somos los padres los que tenemos que hacer la manualidad en casa para que los niños la lleven al colegio en una especie de "maratón paterna" en la que se premia la creatividad de las familias entorno a un tema concreto.

La última de nuestras "interactuaciones" (puesto que se trata de que el niño y la familia interactúen) consistió en disfrazar un boniato con motivo de la celebración del Halloween 2010. Y así estuvimos toda una tarde de domingo, interactuando Carlos, el boniato y yo, porque Martín -obviamente- tenía mejores cosas que hacer. Un boniato, un trozo de ropa vieja con añadidos para el vestido, un trozo de plumero de limpiar como pelo canoso, unos trozos de fieltro negro para manos y gorro, un tapón de corcho diminuto como nariz, las cerdas de una brocha de pintar como escoba, unas castañas como rocas, una rama del parque como árbol seco, virutas del hámster y laca de uñas roja para el fuego, unas cuantas pegatinas y mucha imaginación fueron los elementos necesarios para llevar a cabo nuestros "deberes".

Desconozco qué nota nos pusieron (porque supongo que eso no es "políticamente correcto"), pero aquí os dejo una foto del boniato en cuestión para que valoréis y, si os ponen deberes similares, podáis coger ideas.


Pero éste no ha sido nuestro único trabajo familiar. En próximas entradas os enseñaré cómo sacar el mejor partido del día de Sant Jordi: una rosa, un dragón y un castillo son ya grandes clásicos de nuestra particular colección de manualidades escolares.

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